Nuestra Lucha por la Supervivencia - Capítulo 52

Capítulo 52: La pérdida

El rugido de los zombis ahogaba los gritos de los hombres de Caín. La fortaleza se sumergía en un infierno de carne desgarrada y sangre esparcida. Andy, Carla, Scot y Marco corrían entre los escombros y los cuerpos en su desesperado intento por escapar. Las balas zumbaban a su alrededor, disparadas por los guardias que intentaban recuperar el control, pero el caos era demasiado grande.

—¡Por aquí! —gritó Marco, señalando un pasillo lateral.

El grupo giró en esa dirección, esquivando un zombi que se abalanzó con los brazos extendidos. Scot lo derribó de un disparo en la cabeza y siguieron adelante. La adrenalina en sus venas los impulsaba, pero Andy sentía que algo no estaba bien.

Y entonces lo vio.

Caín, de pie en una plataforma sobre la carnicería, observándolos. Sus ojos se encontraron con los de Andy.

Era una promesa de guerra.

—¡Sigan! —gritó Andy, apartando la mirada y concentrándose en la salida.

Corrieron por el pasillo, sintiendo los gritos y el rugido de la horda tras ellos. Marco los guió hasta una puerta de metal semiabierta.

—¡Vamos, síganme! —dijo, metiéndose primero.

Carla pasó tras él, luego Scot. Andy fue el último. Justo cuando cerraba la puerta, una sombra se abalanzó sobre Marco.

Los gritos de Marco llenaron el aire cuando un zombi se enganchó en su espalda, mordiéndolo brutalmente en el cuello. La sangre brotó en chorros mientras Marco forcejeaba desesperado.

—¡No! —Carla intentó alcanzarlo, pero Andy la sujetó.

Marco los miró con ojos llenos de terror y dolor. Sabía lo que venía. Sabía que no había salvación.

—¡Corran! —gorgoteó, mientras más zombis se abalanzaban sobre él. Su cuerpo desapareció bajo la masa de carne podrida y garras desgarrando su piel.

Andy cerró la puerta de un portazo, el eco de los gritos de Marco grabándose en su mente.

Por un instante, todo se detuvo. Carla temblaba, Scot apretaba los dientes. Andy se obligó a respirar. No había tiempo para lamentaciones.

—Sigamos! —dijo, con voz firme.

El grupo avanzó a través de los pasadizos oscuros, alejándose del infierno que habían dejado atrás. Pero Andy lo sabía.

La batalla contra Caín aún no había terminado. Y el infierno solo acababa de empezar.