Nuestra Lucha por la Supervivencia - Capítulo 43

 

Capítulo 43: Una razón para seguir

Cuarto día en esta escuela...

Y un día más en el apocalipsis. El sueño había sido esquivo para Andy. Mientras Carla dormía con el rostro relajado y Scot mantenía su habitual postura alerta, Andy se sentó en un rincón del refugio, con la mirada clavada en la oscuridad más allá de la ventana rota. Afuera, la ciudad seguía en ruinas, una tumba de concreto y metal devorada por el tiempo y el abandono.

Respiró hondo. Aquella sensación en su pecho no desaparecía. No desde que escuchó a Carla hablar sobre su pasado, no desde que Scot le habló de Ethan. No desde que todo esto comenzó.

Un sonido leve lo sacó de sus pensamientos. Scot se había movido y ahora lo observaba con la mirada afilada, como si pudiera ver a través de él.

—Tú tampoco puedes dormir, ¿eh? —Scot se acercó y se dejó caer a su lado.

Andy negó con la cabeza, sin encontrar las palabras.

—Pensando en todo lo que dejamos atrás —continuó Scot, con una voz tranquila, pero firme. —Es así como funciona esto. Los muertos nunca nos abandonan. Se quedan aquí.

Golpeó suavemente su propio pecho.

Andy bajó la mirada. Scot tenía razón.

—Yo tenía una hermana, ella tenía una personalidad muy extrovertida, pero cuando yo tenía 9 años, me perdí con ella en el bosque —confesó en voz baja. —Salimos a jugar, pero nos alejamos demasiado. Se hizo de noche y empezó a hacer frío.

Scot no dijo nada. Solo escuchó. Andy tomó aire y siguió.

—Mi hermana estaba asustada, temblando. Me pidió que nos quedáramos juntos, que no la dejara sola. Pero yo tenía miedo. Solo pensaba en encontrar el camino de regreso. Así que cuando vi una luz a lo lejos… corrí.

Hizo una pausa.

—Corrí sin mirar atrás. Sin esperarla. Solo quería salir de ahí. Nunca la encontraron desde ese día.

Andy apretó los puños.

Scot suspiró

—Eras solo un niño. A esa edad, es difícil pensar en otra cosa que no sea uno mismo.

Andy soltó una risa amarga.

—Y ahora, después de todo lo que hemos vivido, a veces me pregunto si eso me hace diferente de gente como Wolfe o Isaac. Sobreviví porque fui egoísta. Aquella vez, dejé atrás a mi hermana para salvarme… y lo volvería a hacer si significara seguir con vida. Pero a veces me pregunto… ¿eso me hace fuerte, o simplemente un cobarde?

Scot lo miró fijamente, con esa expresión que solía tener cuando algo le molestaba.

—Escúchame bien, Andy. No eres como Wolfe. Ni como Isaac. ¿Sabes cuál es la diferencia entre ustedes?

Andy lo miró en silencio. Scot se inclinó hacia él y habló con voz firme.

—Tú sigues preguntándote si hiciste lo correcto. Ellos no. Ellos no sienten culpa, ni remordimiento. Pero tú sí. Y eso es lo que te hace humano.

Andy sintió que su pecho se encogía. Bajó la cabeza, sin saber qué decir.

—Eras solo un niño —continuó Scot, más tranquilo— Corriste porque tenías miedo, porque querías vivir. Y ahora, años después, sigues cargando con eso. ¿Sabes lo que significa? Que nunca dejaste de preocuparte por ella. Que nunca dejaste de sentir.

Andy apretó los puños. La imagen de su hermana, sola en el bosque, volvió a su mente como un golpe. Siempre se había preguntado si aquel momento lo había definido, si en el fondo no era tan diferente de aquellos que solo veían por sí mismos. Pero Scot tenía razón. Si todavía le dolía… si todavía se odiaba por ello… entonces no podía ser como ellos.

Entonces, tal vez, aún quedaba algo de él que valía la pena salvar.

—Has salvado vidas, Andy —continuó Scot. —No solo la de Carla y la mía. A Eva, a David... a esa niña y su padre, aunque no se quedaran con nosotros. Cada decisión que tomas sigue demostrando que eres diferente a ellos. Y mientras recuerdes eso, nunca serás como Wolfe.

El silencio se instaló entre ellos. Andy apretó los puños y asintió, más para sí mismo que para Scot.

—Gracias Scot, de verdad, te aprecio demasiado.

Scot se levantó y le dio una palmada en el hombro antes de alejarse.

Andy cerró los ojos por un momento, permitiéndose sentir todo el peso de sus recuerdos. Cuando los volvió a abrir, la ciudad seguía igual de desolada, pero dentro de él, algo había cambiado.

Tal vez nunca podría dejar su pasado atrás. Pero podía aprender a vivir con él.

Y mientras tuviera a Carla y Scot a su lado, seguiría adelante.

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