Nuestra Lucha por la Supervivencia - Capítulo 17


Capítulo 17: Aliado o enemigo

El grupo cruzó la entrada de la comunidad de Isaac con cautela. Los muros de metal que rodeaban el lugar eran altos y estaban reforzados con escombros y alambres de púas. En el interior, varias casas de madera improvisadas se alzaban entre las ruinas, con fogatas dispersas donde pequeños grupos de supervivientes conversaban en susurros o comían en silencio.

Isaac caminó delante del grupo con un aire de autoridad serena. No había ostentación en su liderazgo, pero su presencia era innegable. Tenía el carisma de alguien que siempre encontraba las palabras correctas, el tono preciso entre la firmeza y la comprensión. Su expresión era serena, pero sus ojos escudriñaban cada gesto de los recién llegados.

"Pueden relajarse," dijo, observándolos. "Aquí nadie los lastimará mientras respeten las reglas."

Andy intercambió miradas con Scot, aún desconfiado. Carla mantuvo a David cerca, acariciando su cabello de manera instintiva. Eva no dejaba de observar a los guardias armados en la distancia, analizando su postura, sus armas, su entrenamiento. Había vivido suficiente para saber que un refugio con armas no era necesariamente un refugio seguro.

"¿Cuáles son las reglas?" preguntó Scot, cruzándose de brazos.

Isaac sonrió levemente. "Las de cualquier sociedad funcional: respeto, trabajo y lealtad. Aquí todos cumplen un rol, nadie vive gratis. Si quieren quedarse, encontrarán un propósito."

"¿Un propósito?" repitió Carla con escepticismo.

"Exactamente," Isaac se detuvo y extendió las manos. "El mundo colapsó porque la humanidad era débil, complaciente. Aquí, nos reconstruimos con los fuertes, con los que entienden que la supervivencia no es un derecho, sino un privilegio."

Hizo una pausa y, con voz serena, añadió:

"Este no es el fin del mundo. Es el inicio de uno nuevo... uno sin débiles."

Andy sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había algo inquietante en las palabras de Isaac, pero era difícil debatirlo sin parecer insensato. No obstante, el cansancio y el hambre lo obligaron a guardarse cualquier comentario.

"Primero descansen," continuó Isaac. "Luego hablaremos de cómo pueden contribuir."

Los llevaron a una pequeña cabaña de madera con colchones gastados. No era lujoso, pero al menos tenían un techo sobre sus cabezas. Andy se dejó caer en un rincón, sintiendo el dolor en cada músculo de su cuerpo. Scot inspeccionó la habitación en busca de posibles salidas, su instinto militar nunca descansaba. Carla ayudó a David a recostarse, mientras Eva miraba por la ventana con el ceño fruncido.

"¿Confían en él?" preguntó Eva en voz baja.

"No," respondió Scot de inmediato. "Pero por ahora, no tenemos otra opción."

Pasaron los siguientes días conociendo la comunidad. Había una estructura organizada: patrullas, cocineros, constructores. Cada quien tenía un rol. Isaac no era un dictador evidente, sino un líder cuya influencia se filtraba sutilmente en cada conversación. La gente lo respetaba, lo seguía, lo escuchaba con devoción.

Carla se dedicó a ayudar en la cocina y a cuidar a David, quien parecía adaptarse con facilidad. Andy y Scot fueron asignados a patrullas exteriores, explorando las ruinas en busca de suministros. Eva trabajaba en la reparación de equipos y generadores.

El conflicto comenzó a gestarse en pequeñas dosis. Conversaciones en susurros, miradas sospechosas. Carla notó cómo algunos miembros hablaban de "los débiles" con desprecio. Isaac promovía la idea de que la nueva humanidad debía purificarse, deshacerse de quienes no aportaban. "El sacrificio es necesario para avanzar," repetía.

El primer golpe llegó cuando un anciano enfermó y murió. Su cuerpo fue llevado fuera de la comunidad, sin ceremonias, sin respeto. Para Isaac, los débiles eran desechables.

Carla sintió una punzada de inquietud cuando vio a David jugar con otros niños. ¿Qué pasaría si Isaac lo consideraba una carga? Su mirada se endureció. No lo permitiría.

Una noche, Isaac se sentó con Andy en una fogata. "Eres fuerte, Andy. Eres un líder. Veo en ti el potencial de alguien que entiende lo que es necesario."

"¿Y qué es necesario?" preguntó Andy con cautela.

"Asegurar el futuro. Y eso significa tomar decisiones difíciles. No todos tienen lo que se necesita para sobrevivir. Pero tú sí."

Andy sintió el peso de las palabras. Sabía que Isaac lo estaba tentando, buscando plantar una semilla en su mente. Pero había algo en su tono, en su mirada, que le recordaba a otros hombres que había conocido. Hombres como Mark.

El peligro aún no era tangible, pero la sombra de Isaac se cernía sobre ellos. Y pronto, la prueba definitiva llegaría.

La prueba que lo cambiaría todo.

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